viernes, septiembre 09, 2016

Resfrios en Niños y Bebes

Sin duda los catarros o resfriados son las infecciones que los niños sufren con más frecuencia. Si algo creo que puede reducir realmente la dependencia de los padres respecto a su pediatra es entender lo que es un catarro y cómo actuar frente a él.
Si por algo se burlan habitualmente de nosotros los otros especialistas, es porque dicen que somos “mocólogos” y “fiebrólogos”. Que la mayoría de lo que atendemos en la consulta son simples catarros. Especialmente en invierno, pero en casi cualquier época del año.
Algunos pensarán que aclarar esto es tirar piedras contra mi propio tejado: Si doy a los padres una herramienta como este artículo que cubra un porcentaje importante de las consultas que atiendo, me voy a quedar sin trabajo. No lo veo así. Es mucho, muchísimo lo que podemos hacer en la consulta por la salud de un niño cuando atravesamos la “frontera de los Catarros”. Cuando tenemos tiempo para hablar de otras cosas porque el catarro es algo ya comprendido.

¿Qué es un Catarro o Resfriado?

Es una infección, generalmente causada por virus en la que predominan como síntomas los mocos, la tos y a veces la fiebre.
De estos tres elementos el más llamativo del catarro es el moco. Es abundante y suele ser claro. Pero cambia de características a lo largo del día.
El moco no se produce de forma constante. Hay momentos en los que aumenta mucho la producción, y entonces vemos que sale más fluido y otros en los que se enlentece y puede espesarse. Es típico que durante el día fluya más y de noche se acumule espesándose.

Aquí merece la pena destacar una situación que se confunde mucho con un catarro: La rinitis seca del lactante. 

Cuando un bebé nace, tras 9 meses sumergido en agua, su nariz no está acostumbrada a cambios de humedad y temperatura tan intensos como los que que sufre. Cuando esto ocurre la nariz se congestiona. Pero no cae moco abundante, como en un catarro. Esta es una diferencia importante. Aunque notemos la nariz taponada es más por congestión de la mucosa que por que produzca moco. Esto puede mantenerse durante los primeros meses de vida.

¿Se curan los Catarros siempre solos?

Un catarro es una infección que suele curarse sola.
Empieza cuando nuestro cuerpo tiene contacto con un virus nuevo, frente al que no teníamos defensas porque no lo habíamos pasado aún. Y mejora cuando nuestro sistema defensivo lo identifica y empieza a producir anticuerpos contra él.
Es un proceso que habitualmente dura unos cuantos días. Suele decirse que en torno a una semana. Aunque puede acortarse si nuestro cuerpo reacciona antes, lo que suele ocurrir cuando el virus se parece a otro que ya conocemos. O puede alargarse en virus especialmente agresivos.
De forma general se dice que tiene 2-3 días de empeoramiento y 2-3 días de mejoría.
En los primeros días vemos que la fiebre si la hay produce picos cada vez más frecuentes y más altos y a partir del 3º día suelen empezar a ser menos frecuentes y más bajos. El moco en los primeros días es cada vez más abundante con estornudos frecuentes. Cuando mejora se va espesando y los estornudos suelen dejar paso a la tos.

Un catarro puede complicarse

No es lo habitual. La gran mayoría de los catarros son una muesca más que anotar en nuestra salud. Tan frecuentes que nadie lleva la cuenta exacta tras el primer invierno de un niño.
Pero algunos catarros pueden complicares. Las bronquiolitis por ejemplo empiezan como un simple catarro. Pero son producidas por virus más agresivos o la respuesta del niño es demasiado intensa y solemos decir que se le ha bajado al pecho.
En algunos de los niños que sufren una primera bronquiolitis queda una mayor sensibilidad que puede hacer que en los siguientes años casi cualquier catarro acabe desencadenando la bronquitis.
Otras veces un catarro puede acumular demasiada cantidad de moco en los oídos y dar lugar a una otitis.

¿El Catarro que no se quita?

Otra consecuencia de pasar catarros, uno tras otro, es que para defenderse crecen las vegetaciones. Las vegetaciones son la parte de las defensas que hay en la parte superior de nuestra garganta. Todos las tenemos. Aunque a muchos nos las quitaron. Es mi caso.
Crecen para producir defensas cada vez que hay una infección cerca. Y tras ceder la infección se reducen lentamente de tamaño. Pero crecen mucho más rápido de lo que se reducen. Cuando los catarros son muy frecuentes no da tiempo a que vuelvan a su tamaño normal. Entonces notamos que parece que no desapareciese el catarro del todo.
Ya os dije que en la fase final del catarro los estornudos son sustituidos por la tos y el moco es más espeso. Cuando las vegetaciones han crecido lo que vemos es un niño que queda en esa situación durante semanas: Moco espeso que cuesta que salga, y tos más frecuente cuando está tumbado o cuando se agita. 

¿Cómo podemos mejorar los síntomas de un Catarro?

Ante los catarros suelen adoptarse alguna de las siguientes actitudes:
  1. Medicinas.
  2. Lavados nasales y que tome mucho líquido.
  3. No hacer nada.
Las pongo en este orden porque la mayoría de las familias suelen empezar por la primera de las posturas. Suelen pasar a la segunda progresivamente. Y acaban adoptando la tercera en la mayoría de los casos.

¿Por qué ocurre este cambio de actitud?

Al principio, cuando un bebé no ha pasado nunca un catarro, solemos asustarnos. No estamos acostumbrados a afrontarlos y tememos que evolucione mal. Además en los niños más pequeños las complicaciones en forma de bronquiolitis son más frecuentes. Es normal que ante el temor a esta opción muchos padres pidan alguna herramienta que proteja al bebé.
Pero cuando empieza la primera temporada de catarros de un bebé, al primer catarro lo sigue un segundo y poco después un tercero…. Llega un momento en que la mayoría de los padres empiezan a preocuparse más por la cantidad de medicinas que toma su hijo que por las complicaciones posibles de los catarros. Entonces empiezan a usar la opción 2: Lavados y mucho líquido.
Pero hasta de eso se harta uno. Algunos niños ven llegar a los padres con los artilugios para hacer el lavado nasal y lloran. Con la experiencia acumulada los padres han perdido en muchos casos el temor a las complicaciones y las ganas de hacer pasar un mal rato al bebé con el lavado. Y lo dejan en paz. Hemos llegado a la opción 3: No hacer nada.
Como de costumbre lo adecuado es una mezcla de los tres dependiendo de las circunstancias.

¿Cuándo usar Medicinas y cuáles son útiles en un Catarro?

Como un catarro es una infección que nuestro cuerpo es capaz de vencer en la mayoría de los casos por sí mismo, lo adecuado en muchos casos es no hacer nada.
Aunque como hemos visto un catarro puede complicarse, y hay cosas que pueden hacer más difícil que el catarro se complique.
Hay otro aspecto del que no hemos hablado: Un catarro puede ser bastante molesto. Sin que se complique, puede dificultar el descanso o la alimentación de quien lo sufre.
Y a veces da molestias muy localizadas, pero intensas: La sensación de nariz taponada o la irritación de la piel por el moco en torno a la nariz pueden ser muy molestas.
Cuando aparece cualquiera de estas circunstancias que he marcado en negrita yo veo justificado hacer cosas que alivien estos síntomas. En la mayoría de los casos, aunque no hagamos nada, se curará. Pero es que en medicina no sólo podemos curar, podemos aliviar. Y también es importante para la calidad de vida de nuestro hijo.

Lo más usado para aliviar es:

  • Lavados nasales y mucho líquido. Sólo los recomiendo cuando vemos moco espeso abundante.
  • Medicamentos para reducir la producción de moco. Los anti-histamínicos. Son medicamentos usados en las alergias con frecuencia. Pero igual de efectivos en un catarro. De hecho, una alergia es una reacción similar a un catarro pero frente a un estímulo que no debería generarla. Yo suelo usarlos cuando un exceso de mucosidad está generando las molestias mencionadas.
  • Mucolíticos. Son medicamentos que hacen que el moco sea menos espeso. Pero tienen el efecto secundario de aumentar la cantidad de moco. Yo no los uso desde hace años, y no los he echado de menos.
  • Anti-térmicos. Si hay fiebre que se acompañe de decaimiento o muy alta. Aunque la fiebre sea un mecanismo de activación de las defensas, si es muy elevada puede producir un malestar y un agotamiento evitables. Por evitarlos no impedimos que el cuerpo se defienda.
  • Anti-tusivos. Sólo los uso cuando la tos no mueve mucosidad (tos seca) y hace difícil descansar o alimentarse (hace que vomite). No debemos usarlos cuando hay mucho moco, ya que si no dejamos que la tos expulse ese moco podemos favorecer se complique el catarro.
  • Expectorantes. Son medicamentos que favorecen la expulsión de moco al toser. Son útiles cuando vemos que la tos es frecuente y mueve moco. Y que esa tos es muy persistente, dificultando el descanso, la alimentación, o nos da la sensación de que el moco está empezando a acumularse en el pecho.
Por supuesto no pongo esto para que uses los medicamentos sin indicación del médico. Sino para que entiendas mejor porqué te indica cada uno de ellos si lo hace.

¿Cuándo acudir al pediatra si mi hijo tiene un Catarro?

La respuesta es simple: Cuando no sepas cómo actuar.
Pero especialmente, te recomiendo que acudas al pediatra si tu hijo sufre un catarro y:
  • Tiene mal estado general. Lo notas muy decaído, incluso cuando no tiene fiebre.
  • Tiene dificultad respiratoria. No me refiero a la nariz taponada, sino cuando lo ves que al respirar parece un pez fuera del agua: respira rápidamente como queriendo comerse el aire.
  • Tiene una tos persistente que le impide alimentarse o descansar. 
Estas situaciones son más importantes cuanto menor sea el bebé. Ante la duda, acude.

¿Puede un Catarro dar fiebre alta y no necesitar tratamiento con antibióticos?

Queda un pequeño detalle que por la insistencia con la que surge en la consulta merece que mencione.
Un Catarro, que como hemos dicho es una infección producida generalmente por virus, es insensible a los antibióticos. No es que sea malo darlos en un catarro. Es que es inútil. Y tampoco es inocuo:
  • Usar antibióticos con mucha frecuencia favorece que cuando realmente sean necesarios no sirvan. Si tenemos nuestra flora de la garganta constantemente bombardeada con antibióticos, favorecemos que crezcan en ella aquellos gérmenes que son resistentes. No es buena idea.
  • Destruye la flora intestinal. Lo que no es una tontería. En nuestro intestino tenemos muchos gérmenes beneficiosos que nos ayudan a digerir los alimentos y ocupan un espacio que si dejamos libre pueden ocupar otros más agresivos, como la cándida. La cándida es un hongo (resistente a los antibióticos) que cuando es abundante en nuestro intestino puede dar muchos problemas. Mejor no abrirle la puerta dando antibióticos innecesarios.
Esto no significa que cuando sean necesarios deban evitarse. Sino que no debemos usarlos innecesariamente.

El Catarro con fiebre alta

Cuando surgen las dudas con frecuencia es cuando los síntomas son claramente de un catarro, pero hay fiebre alta. ¿Puede un catarro producir fiebre alta? Pues sí. Solemos llamarlo entonces Gripe. Pero no tiene porqué ser exactamente el virus de la gripe. Hay varios virus que son capaces de dar fiebre alta y que dure más allá de esos 2-3 días de un catarro normal.
Para saber si realmente es un virus o no los pediatras disponemos de herramientas. Por lo que si un catarro no mejora en 2-3 días conviene que el niño sea explorado por el pediatra para ver si hay algo más. Pero si no lo hay, el tratamiento sigue siendo aliviar síntomas sin más y los antibióticos no estarán indicados.

Fuente:Pediatríaonline
Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Para cualquier duda, sugerencia, etc... Escríbenos.