jueves, septiembre 08, 2016

Síndrome de Intestino Corto en Niños

Qué es el Síndrome de Intestino Corto

En nuestro aparato digestivo tenemos dos partes del intestino, el delgado y el grueso. Cuando hablamos de Síndrome de Intestino corto nos referimos a niños que han perdido una parte importante del Intestino Delgado.
La función del intestino delgado es digerir y absorber la mayor parte de los alimentos. El problema es que perdemos esa capacidad de digerir y absorber nutrientes.
Como en otras muchas enfermedades en el Síndrome de Intestino Corto hay muchas variantes que van a influir en lo serio que sea y en cómo va a tratarse. Más que en la cantidad, depende de la calidad. Hay niños a los que falta una porción mayor del intestino y sin embargo mantienen una funcionalidad mejor que otros que han perdido partes más pequeñas.

Cuando queremos considerar lo importante que es la pérdida de una parte del intestino hay 3 factores a tener en cuenta:
  • La longitud del intestino que queda. Evidentemente con pérdidas muy grandes, quede lo que quede, poco podrá hacer.
  • La localización de la parte que se pierde. El intestino delgado tiene 3 partes (duodeno, yeyuno, íleon). Se ha visto que la parte que al perderse tiene más importancia en la nutrición es el íleon. Porque en ella se reabsorven las sales biliares y se producen algunas funciones esenciales de la digestión.
  • Si se conserva o no la válvula ileo-cecal. Es una válvula que separa el intestino delgado del grueso. Su importancia se debe a que en el colon hay muchos gérmenes que no están en el intestino delgado. Esta válvula hace que se queden en esa zona y no colonicen más allá de la válvula. Si se pierde, muchos gérmenes que en el colon son beneficiosos pueden colonizar el intestino delgado irritándolo y empeorando los problemas digestivos.
Cuales son las causas más frecuentes de Síndrome de Intestino Corto en niños
Cuando hablamos de Intestino Corto en niños puede pensarse que son niños que nacen así, cono un intestino más corto de lo normal. Esto puede ocurrir. Hay malformaciones que consisten en eso.
Pero es más frecuente que el Intestino Corto sea consecuencia de que hemos tenido que acortarlo en una operación. Los motivos que más llevan a tener que operar a un bebé o a un niño, quitando una parte importante del intestino, son:
  • Atresias. Es decir, cuando una parte del intestino es más estrecha de lo normal. En estos casos el alimento no puede pasar adecuadamente a través de la zona estrecha y hay casos en que la única solución es eliminar la zona estrecha.
  • Enterocolitis necrotizante. Es uno de los problemas digestivos más característicos de los prematuros muy pequeños. Su intestino no está preparado para digerir los alimentos y a veces pueden presentar una falta de riego sanguíneo que hace que una parte del intestino se muera. Si no conseguimos parar el proceso puede ser necesario eliminar esa zona.
  • Vólvulos e invaginaciones. Es cuando el intestino se gira o se pliega de tal forma que no permite que llegue bien el riego de sangre a una parte de él. Si no se resuelve rápidamente puede dar lugar a que la parte a la que falta riego se muera y sea irrecuperable.
  • Accidentes: Golpes, perforaciones, intoxicaciones….
Consecuencias del Síndrome de Intestino Corto
Lo más habitual es una diarrea acuosa y una dificultad para digerir y absorber grasas y proteínas. Dentro de las grasas están algunas vitaminas importantes como la vitamina A, D y K.
También hay problema para recuperar las secreciones del hígado, las sales biliares. Esto hace que el hígado no funcione bien, pudiendo acumular demasiada grasa y que puedan aparecer piedras en la vesícula.
También puede aparecer una intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche) y a la fructosa (azúcar de la fruta).
Por dos motivos:
  1. El más evidente es que cuanto menor es la superficie de intestino que puede digerir estos azúcares más azúcar queda sin romper.
  2. El segundo problema es cuando los gérmenes del intestino grueso invaden el intestino delgado irritando la poca mucosa viva que queda impidiendo que haga su función de romper los azúcares para poder absorberlos.
El resultado es una dificultad importante para nutrirse y una diarrea con pérdida de gran cantidad de los alimentos que el niño toma.

Evolución y Tratamiento del Síndrome de Intestino Corto en Niños
Hay varias fases de evolución tras perder una parte importante del intestino y quedar con un Intestino Corto:
  1. Primeros 3 meses tras la pérdida del intestino: En esta fase precisa alimentación Parenteral completa. Es decir, que son incapaces de alimentarse por boca. Y sufren una diarrea acuosa llamativa con irritación importante de la zona en torno al ano. 
  2. Entre los 3 meses y el año: Pueden empezar a recibir alimentos por vía oral (aunque la mayoría siguen llegando por vía venosa) y si la parte de intestino que queda es suficiente van digiriéndolos cada vez mejor. Mejora la diarrea, pero puede haber carencias importantes, especialmente de grasas, algunas vitaminas y minerales esenciales. Esto puede llevar a desarrollar problemas metabólicos.
  3. A partir del año: Como sigue recibiendo una parte importante de los nutrientes por vía venosa lo más frecuente es que tras un año cueste bastante conseguir una vena accesible a través de la cuál aportar aquellas cosas que el intestino corto no es capaz de digerir y absorber.
Cirugía y trasplantes en el Síndrome de Intestino Corto
En algunos casos hay operaciones que pueden mejorar el problema, alargando el intestino o mejorando algunos de los síntomas del Síndrome de Intestino Corto.
En aquellas ocasiones en las que la evolución es especialmente mala puede recurrirse al trasplante de intestino. Suele hacerse junto con otras vísceras, como el estómago y el hígado. La razón es que el riego de sangre de todos estos órganos viene de unas arterias comunes y es más fácil que un trasplante funcione cuantos menos vasos tengamos que reconstruir.
El problema del trasplante es que para evitar el rechazo lleva asociado un tratamiento de inmunodepresores que bajan las defensas. Esto hace que muchos niños mejoren la calidad de vida en cuanto a su capacidad de alimentarse, pero empiecen a tener infecciones que pueden ser graves. Aún así, en muchos casos es la mejor opción.

Será el especialista que lleve su caso quien informe a los padres de las opciones viables en cada caso. Porque dependiendo de las peculiaridades de cada niño la mejor solución en cada momento puede variar.

Fuente: Mipedriatria
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